El atractivo central de las Finanzas descentralizadas (DeFi) radica en sus características de no necesitar intermediarios, ser transparentes y resistentes a la censura. Sin embargo, cualquier tecnología emergente que quiera hacerse popular no puede desvincularse completamente de los marcos sociales y financieros existentes. El auge de los intercambios centralizados es el mejor ejemplo de ello, ya que a costa de sacrificar parte de la pureza de la descentralización, ha conseguido el boleto de entrada para una gran cantidad de usuarios.

De manera similar, cuando los emisores de stablecoins eligen asignar activos de reserva a bonos del gobierno de EE. UU., esto es una "puente" estratégica, utilizando los activos más confiables del sistema financiero tradicional para construir un puente hacia la legitimidad y la adopción masiva de las stablecoins.